Desde los tiempos de la Reforma Protestante, la justificación es un tema que ha dado lugar a numerosos debates y controversias.
Fue Martín Lutero el primero en proponer que la FE (la mera confesión de fe), basta y sobra para que el hombre "sea salvo", pese a los muchos pecados que pueda tener en su "historial".
La Iglesia se vio obligada a repetir y aclarar los puntos de la fe cristiana más atacados por los reformadores, y el Concilio de Trento afirmó claramente que sin la fe no es posible la justificación de un adulto, pero que a la fe hay que añadir "además, otros actos dispositivos".
Sola Fide, clave distintiva entre Catolicismo y Protestantismo
La doctrina de Sola Fide es -en mi opinión-, una doctrina de la cual se derivan muchas diferencias entre el Catolicismo y el Protestantismo, pues a partir de Sola Fide se niegan numerosas doctrinas católicas, tales como el purgatorio, la comunión de los santos, la gracia conferida por los sacramentos, el deber de practicar la caridad, etc.
He visto con curiosidad cómo un bautista anticatólico ha aclamado como "slogan" en su sitio web, una serie de "solos factores", ahí cita Solo Cristo-Sola Fe-Sola Gracia-Sola Escritura-Solo Gloria a Dios, que él llama "las columnas de la Reforma".
Y puede tomarse como contraparte de la serie "solos" de la Iglesia Católica: Un Solo Señor, una Sola Fe, un Solo Bautismo, una Sola Iglesia.
Algunas consideraciones previas
Cuando escribí por primera vez este artículo, tenía yo la [ingenua] idea de que TODOS los protestantes creían lo mismo sobre Sola Fide, abrigando la esperanza de que al menos en esto, estuvieran de acuerdo.
Pues el asunto no es exactamente así: Aunque literalmente Sola Fide significa "Sólo (únicamente) la Fe"; entre los protestantes hay diferentes explicaciones de esta doctrina.
Y es que no puede pasarse por alto el papel de las obras en la justificación, que la Biblia reitera bastantes veces, de varias formas y en distintos casos, y que obliga a los evangélicos a conciliar el categórico Sola Fe, con la Biblia.
Dialogando con una hermana separada, un colega católico y yo la pusimos en la situación de que reconoció que "las obras también sirven para la justificación"..., con lo cual nos manifestamos de acuerdo, y le hicimos notar que entonces, Sola Fe queda obsoleta.
Y desde luego, también existen los casos contrarios, de evangélicos que -por su actitud-, parece que se dejarían despellejar vivos antes de aceptar que las obras también se pesan en la balanza de la justificación, juntamente con la Fe.
Esto da lugar a que no haya unanimidad en cuanto a Sola Fide; aunque muchos hermanos han tratado de definirla, frecuentemente encontramos distintas posturas, y "niveles", que pasan por Sola Fe , Mucha Fe y Pocas Obras , Mucha Fe y muchas obras de cierto tipo , Obras y Fe.
Un común denominador en el protestantismo
Estudiando el tema de la justificación, encontramos uno de los escasos puntos de unanimidad entre los evangélicos. Y es que, en todos los niveles de diálogo que he sostenido con protestantes, he notado que concuerdan en un punto: Para ellos, la Iglesia Católica enseña que la justificación es sólo por obras, y no por fe.
A esto le daré el nombre de "Sola-Obras", por ser precisamente su polo contrario: SOLO obras y NO fe.
He tenido ocasiones de ver cómo algunos evangélicos, al citar el Catecismo Católico, hacen referencia a los numerales donde la Iglesia habla de las OBRAS, sin mencionar, por supuesto, los numerales donde la Iglesia habla y exige la FE a sus fieles.
Por lo tanto, debemos aclarar que para la doctrina católica, tanto la Fe como las Obras tienen que ver con la justificación, y por ende, con la salvación. La Iglesia no excluye a ninguno de estos factores; la consecuencia es que los hermanos no pueden DEMOSTRAR que la Iglesia enseña "Sola Obras", y al no poder demostrarlo, se contentan con suponerlo, estableciendo "confrontaciones" que no existen.
Así, por ejemplo, es fácil encontrar evangélicos que digan: El romanismo enseña que el hombre se salva por sus obras, y la Biblia enseña que la salvación "es por gracia, no por obras para que nadie se gloríe", ¿A quién le crees, a Roma o a Cristo?
Esta disyuntiva, aunque muy burda para quienes se informan de lo que realmente enseña la Iglesia Católica; resulta muy efectiva contra los católicos que no conocen su fe, y por lo tanto, fáciles de convencer de pasarse a la religión evangélica.
Para pasar al siguiente sub-tema, anotemos que los evangélicos, al enunciar Sola Fide, están estableciendo una condición absoluta: Quien no crea [en Cristo] no puede salvarse, y esto es definitivo.
En cambio, la Iglesia Católica considera la distinción entre Reglas Generales y Casos Particulares; y entre estos últimos está la Salvación Personal.
Situaciones próximas a Sola Fide
Uno de los recursos favoritos de los hermanos separados para defender Sola Fide, son los casos particulares; así, un hermano me presentó el caso de un "cuadripléjico mudo", y una evangélica me hablo del Buen Ladrón que murió junto a Cristo en la cruz, diciendo que Cristo le prometió el Paraíso "sólo porque tuvo fe".
Comentemos que si nos referimos a casos extremos, encontraremos a quienes no pueden efectivamente REALIZAR BUENAS OBRAS; pero Dios, en Su infinita bondad, concedió a la Humanidad una mayoría de personas sanas y de cuerpo entero. Ahora bien, no pensemos que todos somos "cuadripléjicos mudos o ladrones crucificados", porque nos estaríamos auto-engañando: Quienes PODEMOS hacer OBRAS, DEBEMOS hacerlas, porque de lo contrario, nuestra Fe es Muerta.
Ahora recuerdo cómo me referí al caso del Buen Ladrón, y le hice notar a la hermana que el Buen Ladrón no simplemente "tuvo sólo fe", también notamos, en su actitud, el arrepentimiento sincero, una confesión de su condición pecadora, y por último, una súplica que implora la misericordia de Dios: Luego el Buen Ladrón no es un ejemplo de Sola Fide, pues vemos en él otros tres factores que le hicieron acreedor a la promesa de Cristo.
Y así podríamos comentar también sobre un cuadripléjico mudo, y sobre una persona transtornada de sus facultades mentales (en este caso nadie podría afirmar sobre su fe o incredulidad), pero algo sí sabemos: Dios es bondadoso, y tiene para cada uno de nosotros un PLAN, que debemos aceptar mansamente y confiando totalmente en su Mano Directora.
Y aquí se manifiesta notablemente que la Iglesia Católica es razonable; pues no exige a ningún cuadripléjico mudo ni a ningún ladrón crucificado que haga buenas obras. Le pide, eso sí, que adopte una actitud de arrepentimiento, de reflexión en Dios y de imploración de su misericordia (todo esto, por supuesto, debe ir precedido primero por la FE en DIOS).
Situaciones próximas a "Sola Obras"
¿Y qué tal el caso contrario?: Personas que no pueden creer en Cristo, pero sí pueden hacer Buenas Obras.
Actualmente es difícil encontrar estos casos, pues la fe cristiana ya se extiende por todo el planeta, y son escasos los lugares a los que no ha llegado.
Hablamos, pues, de tiempos pasados, de las personas ANTERIORES a Cristo y más aún, lejos del judaísmo: Hablemos de los primeros reinos africanos, de las antiguas civilizaciones China e Hindú, de la cultura egipcia, griega, romana, de los nativos de las islas de Oceanía, de los indígenas de América anteriores al Descubrimiento y Conquista del Nuevo Mundo.
Si de FE hablamos, consta arqueológicamente que tuvieron FE, pero no en el Cristo del Evangelio, sino en sus propios Dioses: Y para los hermanos protestantes, Sola Fide, es sólo forma abreviada de Solo Fe en Cristo, pues se coincide aquí con el catolicismo en que el Único Dios es el Padre-Hijo-Espíritu Santo de los cristianos.
Pero volviendo al tema... ¿Qué pasó con todos aquellos que no escucharon el Evangelio, y no conocieron, por tanto, a Cristo?
En esta cuestión específica, encontramos otro punto de discusión entre los protestantes, pues para algunos, esas personas se condenaron, por buenas que hayan sido, para otros, quienes hicieron el bien se salvaron.
Yo estoy convencido de que TODOS aquellos que quieran hacer el bien a los demás, cumpliendo el principal mandato de Cristo, Ama a tu prójimo como a ti mismo, se SALVAN.
En nuestro propio mundo moderno, hay quienes aún teniendo contacto con el cristianismo, no se convierten por diversas razones, pero a pesar de ello practican el Amor, la Caridad, la Fraternidad, etc. Y es que cada quien tiene sus personales razones para aceptar o rechazar un determinado Credo. En esta línea, habrá muchas buenas personas que no sean cristianas, -cada quien por sus razones-, pero comportándose como si lo fueran, aunque no acepten los dogmas centrales del cristianismo... ¿Quién se atrevería a afirmar que dichas personas NO SE SALVAN?
... pues me ha tocado ver a protestantes que sí se atreven; una actitud que no comparto en absoluto: Sólo Dios puede saber y decidir quién se salva y quién se condena, y con ello nos basta, Dios es Dios y nosotros somos hombres, no pretendamos, pues, conocer lo que corresponde a la Sabiduría Infinita.
¿Las obras nos ganan la salvación?
DE NINGÚN MODO. Quien crea esto tiene que empezar a estudiar la Redención. Los hombres somos incapaces de MERECER la salvación; es Cristo quien por voluntad propia nos la da, nos la hace accesible y nos da todos los medios necesarios para ser justos.
Es diferente pensar que las obras "ayudan" a la justificación, a pensar que las obras "ganan" la justificación; como es distinto pensar que la fe nos hace cristianos, a que nos hace "salvos".
Ya me pasó en un debate, donde me preguntaban si había que "pagar por nuestra salvación" con obras, si la Gracia es un regalo de Dios. Respondo que un regalo de Dios debe ser tomado, cuidado y conservado.
Fe para la Justificación
Vamos al "plato fuerte" de esta entrega: los versículos bíblicos.
Cuando los hermanos separados plantean Sola Fide, citan diversos versículos bíblicos presentándolos como fundamento doctrinal de sus ideas. La Iglesia Católica cita también reiteradas veces estos versículos, pero a diferencia de los evangélicos, no asigna a la fe el categórico "SOLA" del protestantismo.
Esta clarísimo en la Biblia que la fe justifica, y así podemos observar los siguientes reveladores versículos:
“Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2,8
“Habiendo, pues, recibido de la fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo,” Romanos 5,1
“El justo vivirá por la fe” Romanos 1,17
“Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación. Porque dice la Escritura: Todo el que crea en él no será confundido. Que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que le invocan. Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.” Romanos 10,9-13
“Le respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa.»” Hechos 16,31
El lector se da cuenta fácilmente de lo que enseña San Pablo:
-Que la justificación se recibe de la fe.
Y NO
-Que la justificación se recibe de la sóla fe.
Consecuentemente, la Iglesia Católica expone sus enseñanzas al respecto:
“Nuestra justificación es obra de la gracia de Dios. La gracia es el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada, ser hijos de Dios (cf Jn 1,12-18), hijos adoptivos (cf Rm 8, 14-17), partícipes de la naturaleza divina (cf 2 P 1,3-4), de la vida eterna (cf Jn 17,3).” CIC 1996
“Esta vocación a la vida eterna es sobrenatural. Depende enteramente de la iniciativa gratuita de Dios, porque sólo él puede revelarse y darse a sí mismo. Sobrepasa las capacidades de la inteligencia y las fuerzas de la voluntad humana, como de toda criatura (1 Co 2,7-9).” CIC 1998
“La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que El nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque El es la verdad misma. Por la fe "el hombre se entrega entera y libremente a Dios" (DV 5). Por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios. "El justo vivirá por la fe" (Rom 1,17). La fe viva "actúa por la caridad" (Gál 5,6).” CIC 1814
“El discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella, sino también profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla: "Todos vivan preparados para confesar a Cristo delante de los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia" (LG 42; cf DH 14). El servicio y el testimonio de la fe son requeridos para la salvación: "Por todo aquél que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos" (Mt 10,32-33).” CIC 1816
La Fe por sí misma no es suficiente
Al llegar a este punto empiezan los problemas, pues para numerosas denominaciones protestantes, quien tiene fe "ya es salvo", quien "aceptó a Jesús como salvador personal", ya no tiene de qué preocuparse, pues suya es la gloria y nada le puede arrebatar su status de "salvo".
Entonces, citemos nuevamente a la Biblia, para beber directamente de la Fuente de Verdad:
“No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»” Mateo 7,21-27
“Aquel, pues, que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.” Santiago 4,17
“Poned por obra la Palabra y no os contentéis sólo con oírla, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno se contenta con oír la Palabra sin ponerla por obra, ése se parece al que contempla su imagen en un espejo: se contempla, pero, en yéndose, se olvida de cómo es.” Santiago 1,22-24
“En esto se le acercó uno y le dijo: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?» El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»” Mateo 19,16-17
“…aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.” 1 Corintios 13,2
“Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.” 1 Corintios 13,13
Así las cosas, llegamos a un pasaje muy importante para el tema, donde vemos al apóstol Santiago NEGANDO EXPLÍCITAMENTE que la Sola Fe Justifique:
“¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. Y al contrario, alguno podrá decir: «¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe. ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan. ¿Quieres saber tú, insensato, que la fe sin obras es estéril? Abraham nuestro padre ¿no alcanzó la justificación por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección? Y alcanzó pleno cumplimiento la Escritura que dice: Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia y fue llamado amigo de Dios.»Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente. Del mismo modo Rajab, la prostituta, ¿no quedó justificada por las obras dando hospedaje a los mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino? Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”
Santiago 2,14-26
Única salida: la Biblia se contradice
¿Cómo explican los hermanos separados este pasaje de Santiago 2?
Mucho lamento no poder decirlo. Cuantas veces les he pedido una exégesis de este pasaje, me han respondido algo que no corresponde a mi pregunta. Algunos intentan minimizar las palabras de Santiago, otros -por todo comentario-, me dicen que "malinterpreto a Santiago", aún si yo presento solamente los versículos, sin mi interpretación. Finalmente -¡que caso!- en una ocasión presenté una serie de versículos similar a la que presenté arriba, y un evangélico se dio a la tarea de comentar cita por cita. Al llegar a Santiago 2, concretamente al v. 24, respondió colocando el versículo de Efesios 2:8.
Entonces, puesto que reconocen como inspirado el libro de Santiago, si llegamos al caso mencionado, en que se responde a Santiago 2:24 con Efesios 2:8, los hermanos separados quedan en un callejón sin salida: La Biblia se contradice y con ello pasa a categoría de "no-inspirada".
Miremos hacia el otro lado: Para la Iglesia Católica el asunto no es tan complicado, pues no tiene una Única Opción, ya que -atenta a las palabras de San Pablo-, cree en la justificación por la fe, pero no en "sola" fe.
IMPOSIBLE: La Biblia no puede contradecirse
Si aceptamos que la Biblia es palabra de Dios inspirada, entonces es inadmisible que San Pablo y Santiago se estén contradiciendo. Aceptarlo implicaría negar a la Biblia y con ella a Su Inspirador.
Por lo tanto, ¿Qué podemos decir?
Podemos decir, sencillamente, que San Pablo nunca dice que "la fe sola justifica", mientras que Santiago SÍ enseña que "la fe sola NO justifica"; la conclusión general es que tanto la Fe como las Obras colaboran para nuestra justificación.
Haciendo honor al nombre de protestantes, los hermanos separados protestan, insistiendo en que la justificación por obras implicaría "ganarse" la Gracia, y puesto que ésta es un don gratuito, es insostenible la tesis católica.
-¿Cómo conciliamos pues, que la gracia es un don gratuito, pero sin caer en la contradicción que ya vimos? -:
Responderé citando al apologista católico José Miguel Arraiz, quien proporciona un ejemplo ilustrativo en extremo:
Imaginemos que a un trabajador su jefe le dice: "Toma, te regalo este cheque por UN MILLON DE DOLARES!", "Es gratis". Si el empleado cree que el cheque tiene fondo y va hasta el banco, podrá cobrar el dinero y será simplemente suyo. En el ejemplo anterior, el cheque de un millón es “la salvación”. El creer que tiene fondo es “la fe”, y el caminar hasta el banco son “las obras” o “conducta”. Si el empleado no cree, no obtiene el dinero porque no va a cobrarlo, pero si NO VA al banco y NO COBRA EL CHEQUE TAMPOCO lo obtiene, porque ir al banco a cobrarlo es un "requisito" para obtener el dinero.
Estamos claros en que el empleado no puede decir "Me gané el dinero porque caminé al banco", NO!!!, el cheque lo recibió "gratis", pero debe caminar hasta el banco para cobrarlo, si no camina hasta el, no lo cobra y no recibe el dinero.
Así es la salvación, la recibimos “gratis”, es un “don gratuito”, Debemos hacernos propietarios de ella, y esto es por medio de la fe en Jesús, pero luego debemos "ir hasta el banco" por medio de la obediencia y las obras. Es por medio de estas en que nos convertimos en verdaderos "hacedores de la palabra" y no meros "oidores", es por medio de esta "obediencia" y "obras" en que nosotros aceptamos en manera "práctica" más que "teórica" que Jesús es nuestro único y suficiente salvador personal. En ese sentido no nos podemos gloriar porque el cheque (la salvación) la recibimos "gratis", pero debemos "obedecer" y por eso es un "requisito" para hacer efectiva esta salvación.
Lo que implicaría Sola Fide
Este tema resulta sumamente complicado y desagradable para los hermanos que sostienen Sola Fide, pues se pone en evidencia la incompatibilidad de Sola Fide con el llamado de Cristo a imitarlo.
Entonces, pasemos a considerar lo que TEÓRICAMENTE establece Sola Fide:
-Si por el solo hecho de creer ya somos salvos, entonces no hay problema en cometer pecados, puesto que con creer ya estamos justificados.
-Si confesando (de boca) que aceptamos a Cristo como salvador personal, ya somos salvos, entonces podríamos pecar con toda tranquilidad, puesto que el pecado no nos quita lo "salvos".
-Y no necesitamos hacer el bien a los demás, ni siquiera necesitamos Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, puesto que "por fe somos salvos" y no necesitamos más.
Un apologista bautista, intentando conciliar su credo con estas incoherencias, dice que es un "Mito Católico", la situación de que los evangélicos crean que pueden vivir pecando sin problemas.
Pues bien, no hay tal "Mito", pues si se acepta Sola Fide en todo su contenido, estamos efectivamente afirmando que podemos pecar sin que haya problema con ello, pues "la fe ya nos justificó".
Personalmente, creo que la mayoría de los protestantes que creen en Sola Fide no la toman tan drásticamente, pero si no lo hacen, no es porque Sola Fide no se los permita; es por MORAL NATURAL, pues la práctica de semejante doctrina llevaría a cualquier comunidad al CAOS.
Comenta al respecto el p. Hillaire que los protestantes suelen ser mejores que sus enseñanzas.
Al hermano bautista me permití comentarle que la raíz del problema no está en los "Mitos Católicos", sino en la propia doctrina protestante, que da lugar -por simple consecuencia-, a tales especulaciones.
Salvos para Siempre
Además de lo mencionado, existen corrientes protestantes que añaden un complemento a Sola Fide, afirmando que la salvación, una vez recibida [sólo por fe], ya no puede perderse.
En varias conversaciones he tenido ocasión de ver esta teoría en boca de numerosos evangélicos, así como en intercambios apologéticos. Con un hermano separado, me ocurrió que al momento en que yo afirmé que la Gracia puede perderse, afirmó categóricamente que yo "no entiendo el resultado de la justificación en Cristo, por motivo de no haberla vivido".
Pongamos en clasificación secundaria las opiniones personales, y reservemos nuestros comentarios para dialogar con la Biblia, en base a la cual podremos establecer parámetros que identifiquen a quienes entienden o no el resultado de la justificación en Cristo.
La afirmación de que la Gracia recibida no puede perderse, y con ello que el que confesó a Cristo "ya es salvo pase lo que pase", conlleva mayores dificultades bíblicas, como veremos:
“Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.” Juan 14,4-6
No basta, pues, LLEGAR a Cristo (creer en Él), sino que es necesario PERMANECER en Él, de lo contrario, declara el Maestro, no daremos fruto.
“«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.” Juan 15,1-2
O sea, que quienes estemos unidos a Cristo pero no demos fruto en Él, seremos cortados, así de sencillo: No basta estar en la vid, hay que DAR FRUTO.
“Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará” Mateo 24,12-13
Debemos pues, PERSEVERAR, y ciertamente que si creemos que "ya somos salvos", no necesitamos perseverar; entonces debemos escoger: O perseveramos (como Cristo dice), o nos damos por salvos sin más apuro (como algunos protestantes dicen).
“Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no le salvará el día de su perversión, ni la maldad del malvado le hará sucumbir el día en que se aparte de su maldad. Pero tampoco el justo vivirá en virtud de su justicia el día en que peque. Si yo digo al justo: «Vivirás», pero él, fiándose de su justicia, comete la injusticia, no quedará memoria de toda su justicia, sino que morirá por la injusticia que cometió. Y si digo al malvado: «Vas a morir», y él se aparta de pecado y practica el derecho y la justicia, si devuelve la prenda, restituye lo que robó, observa los preceptos que dan la vida y deja de cometer injusticia, vivirá ciertamente, no morirá. Ninguno de los pecados que cometió se le recordará más: ha observado el derecho y la justicia; ciertamente vivirá.” Ezequiel 33,12-16
Al respecto, presentándole a un hermano una cita parecida del mismo profeta (Ezequiel 18,24), me respondió que sencillamente el libro de Ezequiel pertenece al Antiguo Pacto, donde "la justificación es por las obras de la Ley", y entonces, que la cita de Ezequiel "no aplica". A esto podemos comentar que no hay un sólo versículo neotestamentario que se manifieste contrario a lo afirmado por Ezequiel.
Se trata también de preguntarnos si es válido rechazar tan despreocupadamente un versículo del Antiguo Testamento, como si ésta importante parte de la Biblia no contara. Cuando los protestantes hablan de las imágenes religiosas de católicos/ortodoxos, suelen desgañitarse citando Éxodo 20,4; pero el método de este hermano nos da una solución: En el Antiguo Pacto las cosas son distintas, luego Éxodo 20,4 "no aplica".
Y nótese que Ezequiel no habla en estos pasajes de "las obras de la Ley", sino de la JUSTICIA, diciendo que quien comete injusticia -y no incumplimiento de la Ley- deja de ser justo.
“Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve?” Romanos 8,24
“Así pues, queridos míos, de la misma manera que habéis obedecido siempre, no sólo cuando estaba presente sino mucho más ahora que estoy ausente, trabajad con temor y temblor por vuestra salvación,” Filipenses 2,12
De lo cual concluimos que si el trabajo por nuestra salvación conlleva TEMBLOR y TEMOR, entonces no hay ninguna certeza absoluta de por medio, pues si la hubiera, temor y temblor saldrían sobrando. No tiembla ni teme.
Cristhian Enriquez
Apologista Catolico
defiendetufecatolica@hotmail.com
Lima - Peru